La salud mental influye directamente en cómo vivimos, nos relacionamos y afrontamos el día a día, y esto ocurre también en la vejez. En las personas mayores, factores como los cambios en la rutina, la pérdida de seres queridos o la sensación de soledad pueden hacer que el estado de ánimo se vea alterado de forma prolongada, dando lugar en algunos casos a trastornos como la distimia.
En este escenario aparecen con frecuencia la distimia y la depresión, dos trastornos del estado de ánimo que suelen confundirse. Aunque comparten algunos síntomas, no son lo mismo ni se manifiestan de la misma manera.
Comprender la diferencia entre depresión y distimia ayuda a poner nombre a lo que ocurre, evitar que la tristeza persistente se normalice y entender qué tipo de ayuda puede necesitar cada persona.
Distimia y depresión: ¿En qué se diferencian?
Cuando hablamos de la salud mental en personas mayores, es habitual que términos como distimia y depresión se mencionen como si fueran lo mismo. Sin embargo, aunque ambas forman parte de los trastornos del estado de ánimo y comparten algunos síntomas, se trata de condiciones distintas, con características propias y necesidades de tratamiento diferentes.
La diferencia entre distimia y depresión no está tanto en qué se siente, sino en cómo de intenso es ese malestar y durante cuánto tiempo se mantiene.
Depresión: cuando el malestar es intenso
En la depresión, el estado de ánimo bajo alcanza una intensidad que resulta claramente limitante. Este malestar suele reflejarse de forma evidente en la vida diaria, afectando tanto a la persona como a su entorno más cercano. Con frecuencia, se produce un abandono progresivo de la rutina y de aquellas actividades que antes generaban interés o disfrute.
En líneas generales, la depresión:
Presenta síntomas intensos que interfieren en el día a día.
Suele manifestarse en episodios definidos en el tiempo.
Provoca un impacto visible en la autonomía y en las relaciones.
Tiende a detectarse antes por su gravedad.
Distimia: cuando el malestar se prolonga en el tiempo
La distimia, o trastorno distímico, se manifiesta de forma más silenciosa. El estado de ánimo es bajo, pero menos intenso que en la depresión, y se mantiene de manera persistente durante años. La persona continúa con su vida cotidiana, aunque sin bienestar emocional ni sensación de disfrute.
La distimia se caracteriza por:
Síntomas más leves, pero constantes.
Una duración mínima de dos años.
Un malestar que se integra en la rutina diaria.
Mayor tendencia a normalizarse o minimizarse.
En personas mayores, es frecuente que la distimia se confunda con el carácter o con una consecuencia natural del envejecimiento, lo que retrasa su diagnóstico.
Trastorno distímico
El trastorno distímico, aunque menos conocido que la depresión mayor, es una condición significativa en la salud mental de las personas mayores. Su comprensión y manejo adecuado son esenciales para mejorar su bienestar.
Cuando se trata de los síntomas del trastorno distímico, estos pueden ser sutiles pero persistentes, afectando profundamente la vida diaria de los mayores.
Puede manifestarse como una tendencia a aislarse, una disminución en la motivación para realizar actividades cotidianas o una visión pesimista persistente de la vida.
¿Cuáles son los síntomas distimia?
Identificar los síntomas de la distimia en personas mayores es crucial para su diagnóstico y tratamiento adecuados. A continuación, exponemos las manifestaciones más frecuentes:
- Estado de ánimo persistentemente bajo: Una sensación continua de tristeza o vacío que se mantiene a lo largo del tiempo.
- Pérdida de interés en actividades habitualmente placenteras: Disminución notable en el interés o placer en actividades que antes eran disfrutadas.
- Cambios en el apetito y el peso: Puede incluir pérdida de apetito o comer en exceso, lo que resulta en cambios significativos de peso.
- Problemas de sueño: Dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o dormir más de lo habitual.
- Fatiga o falta de energía: Sensación constante de cansancio o falta de energía para realizar tareas cotidianas.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para enfocarse, tomar decisiones o recordar detalles importantes.
- Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva: Autocrítica severa o sentimientos desproporcionados de culpa.
- Irritabilidad o frustración: Tendencia a irritarse o frustrarse fácilmente, incluso por asuntos menores.
- Retiro social: Tendencia a aislarse de familiares y amigos, disminuyendo la interacción social.
- Pensamientos pesarosos o pesimistas: Tendencia a tener una visión negativa de sí mismo, del futuro o de la vida en general.
¿Qué provoca la distimia?
Cuando se trata de entender qué provoca la distimia en personas mayores, es esencial considerar las causas que son más prevalentes en este grupo de edad. Estas son unas de las más comunes:
- Cambios biológicos relacionados con la edad: A medida que las personas envejecen, ocurren cambios naturales en el cerebro que pueden afectar la función de los neurotransmisores, contribuyendo al desarrollo de distimia.
- Enfermedades y condiciones médicas: Enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas o artritis, comunes en la tercera edad, pueden ser factores desencadenantes de tener distimia.
- Aislamiento social y soledad: La pérdida de seres queridos, amigos o la disminución de la red social, son situaciones que pueden aumentar el riesgo de distimia en las personas mayores.
- Cambios en el estilo de vida post-retiro: La transición a la jubilación puede generar sentimientos de pérdida de propósito o identidad, contribuyendo al desarrollo de síntomas distímicos.
- Medicamentos y sus efectos secundarios: Algunos medicamentos recetados para tratar otras condiciones en personas mayores pueden tener efectos secundarios.
¿Cómo se diagnostica la distimia?
Para diagnosticar el trastorno distímico, un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o un psicólogo, llevará a cabo una evaluación exhaustiva. Esta evaluación incluye:
- Entrevistas clínicas: El profesional realizará entrevistas detalladas para entender los síntomas, su duración y su impacto en la vida diaria del individuo.
- Historial médico y psiquiátrico: Se revisará el historial médico y psiquiátrico para descartar otras posibles causas de los síntomas.
- Evaluación de criterios diagnósticos: El especialista comparará los síntomas del paciente con los criterios establecidos en manuales de diagnóstico reconocidos (como el DSM-5), que especifican aspectos como la duración mínima de los síntomas (al menos dos años en adultos) y su consistencia en el tiempo.
- Cuestionarios y escalas estandarizadas: En muchos casos se utilizan instrumentos específicos para medir el estado de ánimo y la presencia de síntomas depresivos de forma objetiva. Estas escalas complementan la información recogida en las entrevistas y ayudan a cuantificar la severidad y la persistencia de los síntomas.
- Observación del funcionamiento diario: Además de las propias declaraciones del paciente, el profesional puede evaluar cómo los síntomas afectan al funcionamiento diario, a las relaciones interpersonales y a la capacidad para mantener rutinas y actividades habituales.
¿La distimia se cura?
La distimia es un trastorno del estado de ánimo de carácter persistente, lo que hace que muchas personas se pregunten si realmente se puede curar.
En la práctica, la distimia puede mejorar de forma significativa, permitiendo a las personas mayores recuperar bienestar emocional y disfrutar más de su día a día, pero suele requerir una atención prolongada en el tiempo.
A diferencia de otros trastornos del estado de ánimo más puntuales, la distimia no suele desaparecer de forma repentina. Su evolución es progresiva y está marcada por periodos de mejoría que pueden mantenerse durante largos espacios de tiempo.
Es importante entender que, debido a su naturaleza crónica, la distimia puede necesitar un seguimiento continuado, incluso cuando el estado de ánimo ha mejorado. Esto no significa que la persona vaya a sentirse siempre mal, sino que existe una mayor tendencia a que el malestar reaparezca si no se presta atención a la salud emocional.
Tratamiento de la distimia
El tratamiento de la distimia debe ser siempre supervisado por un profesional de la salud mental. Cada caso es distinto y requiere un enfoque adaptado a la persona, especialmente en edades avanzadas.
De forma general, el abordaje de la distimia puede incluir una combinación de terapia psicológica y medicación, según la valoración del especialista y la evolución del estado de ánimo.
Aunque no existe una solución única, el tratamiento suele orientarse a:
Reducir el malestar emocional de forma progresiva.
Favorecer una mayor estabilidad en el estado de ánimo.
Prevenir la reaparición de síntomas a largo plazo.
¿La distimia es hereditaria?
Una pregunta frecuente sobre la distimia es si tiene un componente hereditario. La respuesta es que, aunque la distimia puede ser influenciada por factores genéticos, no es determinada exclusivamente por la herencia.
Estudios sugieren que la predisposición genética puede jugar un papel en el desarrollo de la distimia. Personas con familiares cercanos que han padecido trastornos del ánimo tienen una probabilidad más alta de desarrollar este trastorno.
Sin embargo, es importante destacar que los factores genéticos son solo una parte del conjunto de causas. Factores ambientales, experiencias de vida y rasgos de personalidad también contribuyen significativamente.
¿La distimia tiene grado de discapacidad?
Una cuestión importante en el manejo de la distimia es si esta condición se asocia con algún grado de discapacidad. La determinación del grado de discapacidad debido a la distimia es una decisión que debe ser tomada por un profesional médico cualificado.
La evaluación tomará en cuenta cómo los síntomas afectan las actividades diarias, el trabajo, y las relaciones sociales de la persona.
Grado de discapacidad por distimia
Un profesional de la salud considerará varios factores al determinar el grado de discapacidad causado por la distimia:
- Impacto en las actividades cotidianas: Cómo los síntomas afectan a la capacidad para realizar tareas diarias.
- Funcionamiento laboral y social: El grado en el que la distimia impacta en el desempeño en el trabajo y en la interacción en entornos sociales.
- Necesidad de apoyo continuo: Evaluación de si se requiere asistencia continua para manejar los síntomas de la distimia.
Beneficios de contar con una cuidadora en el tratamiento de la distimia
En las personas mayores con distimia, sentirse acompañado en el día a día puede aliviar en gran medida la carga emocional que supone convivir durante años con un estado de ánimo bajo.
Más allá del seguimiento clínico, la presencia constante de alguien de confianza aporta seguridad, cercanía y una sensación de no estar solo frente al malestar emocional.
Contar con una cuidadora puede aportar beneficios claros, como la reducción de la soledad, el mantenimiento de rutinas estables, una mayor estimulación emocional y social y la detección temprana de cambios en el estado de ánimo.
En Cuidum, las cuidadoras acompañan a las personas mayores desde la cercanía y la profesionalidad, adaptándose a sus ritmos y necesidades, y favoreciendo que puedan seguir viviendo en su hogar con mayor tranquilidad y bienestar emocional.
La figura de la cuidadora no sustituye la atención sanitaria, pero sostiene el día a día, humaniza el proceso y ayuda a que la persona mayor no tenga que afrontar la distimia en soledad.
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12 comentarios
Hola , padezco creo yo de distinta , tengo una angustia y tristeza sobre todo en las tardes , hace más de 30 ańos , los médicos de acá me an invadido con medicamentos pero muy poca comunicación, en estos momentos tomó en la mañana 60 mlg de adderall xr y 300 mlg de venlafacine , todo eso en la mańana , a los 45 mntos me siento algo activo y logro ir a trabajar, a las 3 o 4 horas tengo q regresarme a casa , siento q no puedo ni manejar de regreso, falta de fuerza y tristeza q se me va agudizando mientras llega la tarde,En la noche 1 miligramo de clnazepan. créame esta angustia me está matándose lentamente. Gracias por escucharme.
Hola, Jesús:
Gracias por tu comentario. Sentimos que estés en esta situación. Nuestra sugerencia es que acudas a tu médico y que le insistas en que estos síntomas que estás experimentando no son normales para ti y/o que la medicación no está dando el resultado esperado. Por supuesto, te sugerimos que acudas también a terapia psicológica ya que la salud mental es igual de esencial. El psicólogo podrá ayudarte con esta angustia que nos comentas y a dejar de lado esa tristeza, a aceptar la situación… Un saludo.
No se lo que me está pasando no dejó de estar triste todo el día me despierto mal con pensamientos que no me dejan descansar todo el día con ganas de llorar tengo muchos miedo a que me va a pasar algo quiero estar sola y no me motiva nada. Tengo miedo a todo me paso el día muy triste y con mucho miedo
Hola, Guadalupe:
Entiendo tu preocupación, te recomiendo que acudas a un especialista para que pueda recomendarte la mejor opción. Por este medio es difícil evaluar tu estado, así que te aconsejo que acudas a tu médico para que pueda derivarte a un especialista, si es necesario.
Recibe un saludo y espero que pronto te encuentres mejor.
Estoy pasando una situación que llevo desde hace más de 5 años vivo la vida como sin darle importancia a la vida me aisló demaciado tiendo a bloquiar personas para no hablar he tenido varios problemas en la relación por esto de que cuando me siento así tiendo a bloquiar y no hablo con nadie y solo lloro y digo cosas como por ejemplo que soy una bruta que no se hablar que soy analfabeta pero esos pensamientos me dan en ocasiones y más si estoy en ese estado de ánimo. No sé que hacer necesito ayuda vivo pensando que a nadie le importo como tener que hablar con estas personas (relación,familia o amistades)
Hola con los síntomas que nos comentas, aislamiento social, tristeza, melancolía… Lo más recomendable es que se lo consultes a tu médico de cabecera y te derive a un especialista si así lo considera. Nosotros no podemos darte un diagnostico por este medio, ya que no disponemos de tu historial médico. Un saludo y mucho ánimo
Necesito ayuda urguente !!!
Hola, Natalia:
Teniendo en cuenta los síntomas que nos has comentado anteriormente, baja autoestima, tristeza constante, aislamiento social… lo más recomendable es que acudas a tu médico de cabecera y él te derivará a un especialista en el caso de que sea necesario.
¡Mucho ánimo!
Sufro de distimia hace 2 años , mi vida perdió sentido .Me converti en una persona solitario. No me interesa ni me gusta socializar con nadie la mayor parte del tiempo lloro sin parar , he sufrido ataques de ansiedad y panico , en estos momentos estoy momentos estoy en tratamiento siquiatrico , han sido los peores dos años de mi vida .
Hola María Teresa, lamentamos mucho tu situación y comprendemos por lo que estás pasando. Para paliar las consecuencias y los síntomas de la distimia te recomendamos que busques ayuda externa como un psicólogo, esta persona podrá determinar el origen de esa distimia, y te ayudará con un tratamiento, consejos y todo lo que considere preciso. También puedes comentárselo a tu médico de cabecera y con tu historial clínico quizas pueda plantearte soluciones. ¡Muchísimo ánimo María Teresa!
Ayer la psicóloga me diagnosticó distimia, ahora sé que lo que siento ( tristeza interna q me invadió sin invitación), tiene un nombre, el aislamiento social, el desinterés, etc etc etc
No quiero tomar medicamento, no lo haré. Soy una persona resiliente, lo sé. Mi psicóloga me aconsejó hacer tres actividades por un mes….escuchar a mi cantante favorito, tomar mucha agua y actividad física ! Es una lucha interna, porque no hay voluntad ni ánimo.
Gracias por compartir tu experiencia tan abierta y honestamente. Es un gran paso reconocer lo que sientes y buscar ayuda. La distimia puede ser un desafío, pero es alentador saber que tienes la resiliencia para enfrentarlo. Las recomendaciones de tu psicóloga suenan muy positivas y pueden ayudarte a mejorar tu bienestar. Escuchar a tu cantante favorito, mantenerte hidratado y hacer actividad física son excelentes maneras de cuidar tu salud mental y física. Recuerda que está bien pedir ayuda y apoyarte en tus seres queridos en este proceso. ¡Mucho ánimo!