Adaptación de horarios, reducción de jornada y coordinación con otros familiares son algunas de las soluciones que se presentan para hacer frente a una nueva realidad: la conciliación del teletrabajo con el cuidado de los padres mayores. Una complejidad añadida a los problemas derivados de la pandemia y que en el caso de muchas familias puede suponer un sobreesfuerzo abrumador.
Las ventajas del teletrabajo solo son relativas
Mucho se ha hablado en las últimas semanas de los beneficios de trabajar en casa: ahorro de tiempo, productividad, comodidad… No obstante, las ventajas de este modelo de trabajo hay que analizarlas en el contexto de cada familia.
No es lo mismo trabajar en una casa que dispone de una oficina independiente en la que puedes desarrollar tus tareas sin interrupciones que hacerlo en la mesa del comedor y pendiente de los niños, de los abuelos, del mensajero que está a punto de llegar o de si ya toca preparar el almuerzo.
De lo que no hay duda es de que el modelo de productivo de teletrabajo parece estar encontrando su hueco en la sociedad española, que siempre ha sido más de fórmulas de empleo tradicionales. Este cambio nos obliga a hacer modificaciones en muchos de nuestros hábitos y rutinas, entre ellas la de la enorme responsabilidad que supone estar al cuidado de una persona mayor.
¿Qué implica teletrabajar y cuidar de nuestros padres mayores en casa?
Seguro que alguna vez has oído ese dicho de que «el que mucho abarca, poco aprieta». Este es un buen ejemplo de lo que significa. La asistencia domiciliaria de personas mayores es de por sí un trabajo y, además, uno que requiere de mucha entrega y dedicación. ¿Cómo compatibilizar esas tareas con las exigencias del teletrabajo?
Si ya de por sí resulta complicado encontrar el equilibrio entre la vida laboral y la personal, las cosas se complican aún más cuando hablamos de teletrabajo y cuidado de personas dependientes. No parece sencillo compatibilizar ambos escenarios porque cada uno de ellos exige tiempo, espacio, esfuerzo y concentración.
Imagina que de repente te encuentras con el doble de tareas y la mitad de tiempo para realizarlas. ¿Verdad que no salen las cuentas? Quienes hablan exclusivamente de las bondades del teletrabajo seguramente no han tenido en cuenta que para muchas familias esta nueva realidad se presenta llena de complicaciones.
Queremos a nuestros familiares mayores cerca pero, ¿cómo cuidamos de ellos?
A raíz del confinamiento y de las noticias poco alentadoras sobre la situación en las residencias de ancianos, muchos familiares han decidido llevarse a sus padres mayores y abuelos a casa. Desde luego, no solo frente a esta pandemia sino frente a otras muchas circunstancias, no hay nada más seguro que el propio hogar.
Sin embargo, con este cambio se presenta un nuevo problema: ¿cómo cuidamos de las personas mayores en casa si tenemos que teletrabajar? Como primera opción muchos habrán pensado en tratar de compatibilizar ambas tareas solicitando una reducción de la jornada laboral u horarios más flexibles. Con todo, no habrán tardado en darse cuenta de que resulta prácticamente imposible.
Por muy organizada que tengas la jornada siempre surgen imprevistos que retrasan o la asistencia a estas personas que dependen de ti o el cumplimiento de tus obligaciones laborales. Los adultos mayores, al igual que los niños, necesitan de tu atención constante y es difícil ceñirse a un planning.
- Es posible que no entiendan que tú tienes unos horarios que cumplir.
- El trabajo en casa puede ser entendido como un trabajo menos serio en el que nadie controla tu rendimiento.
- El cuidado de adultos dependientes no solo implica la asistencia domiciliaria. También hay actividades que obligan a salir de casa, como los paseos o las visitas al médico.
- El grado de dependencia de tus padres mayores limita en gran medida tu capacidad de teletrabajar.
- Es difícil separar la vida profesional de la vida familiar. Esto puede resultar abrumador.
- Los centros de día no se presentan como una alternativa viable ya que muchos de ellos están cerrados, temporal o permanentemente.
Unas responsabilidades muy feminizadas
El panorama se complica cuando hablamos de mujeres. Según los datos de CC.OO., son ellas las que representan el 93% de las excedencias para cuidar de los hijos el 83% de los permisos para cuidar de familiares mayores. La implantación del teletrabajo como solución a algunos de los problemas generados por la pandemia no ha supuesto una solución a sus problemas particulares.
En cierto modo, ha derivado en un empeoramiento de su situación. Con esta modalidad de trabajo que les permite estar en casa, son muchas las mujeres que han asumido esa carga extra de obligaciones sin contar con ningún tipo de ayuda. Una situación que, por lo general, solo augura un desgaste físico y emocional mucho más acelerado.
Busca el apoyo de un cuidador profesional a domicilio
El hecho de que trabajes desde casa no quiere decir que no necesites ayuda para cuidar de tus padres mayores. Los cuidadores a domicilio también están para atender las demandas asistenciales que se han generado con esta nueva normalidad y de hacerlo con todas las ventajas que representa su presencia en casa:
- Asistencia personalizada
- Horarios flexibles
- Cuidados profesionales
- Ayuda con las necesidades básicas de higiene, alimentación y medicación
- Compañía durante las horas en las que estás teletrabajando
- Cuidado de tus mayores en un entorno seguro
- Libertad y tranquilidad para quienes teletrabajan
Sin duda, en Cuidum podemos ayudarte a encontrar al cuidador a domicilio que más se adapte a tus necesidades. La conciliación de la vida laboral y profesional no consiste en renunciar a ciertas ventajas para sobrecargarse con nuevas obligaciones sino en encontrar una solución intermedia. En muchos casos esa solución está en la contratación de un cuidador a domicilio. Una persona formada en el ámbito de la asistencia a personas mayores y dependientes que te permita realizar teletrabajo con la seguridad de que tus familiares están en casa y en buenas manos.