Los abrazos no solo reconfortan: también sanan. Este gesto tan simple y cotidiano tiene el poder de transmitir emociones profundas, aliviar la soledad y mejorar la salud física y emocional, especialmente en las personas mayores. La importancia de los abrazos radica en su capacidad de conectar, cuidar y acompañar sin necesidad de palabras. En Cuidum sabemos que un abrazo puede cambiar el día de alguien, y en este blog te contamos por qué su impacto va mucho más allá del contacto físico.
¿Qué es un abrazo?
Un abrazo es mucho más que un simple gesto de afecto: es una forma de comunicación no verbal que implica el contacto físico entre dos personas, generalmente mediante el entrelazamiento de brazos. Este contacto genera una respuesta inmediata en nuestro cuerpo, activando el sistema nervioso parasimpático, encargado de inducir calma y bienestar.
Durante un abrazo, el cerebro libera oxitocina, conocida como “la hormona del amor”. Esta sustancia natural reduce el estrés, fortalece los vínculos sociales y nos ayuda a sentirnos más seguros y conectados con los demás. También disminuyen los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, y aumentan la dopamina y la serotonina, sustancias clave para el estado de ánimo.
No todos los contactos físicos tienen el mismo efecto. Un roce ocasional puede resultar frío o impersonal, mientras que un abrazo sincero, mantenido durante unos segundos, puede tener un efecto terapéutico real, especialmente en personas mayores que viven solas o sienten falta de contacto emocional.
En definitiva, un abrazo genuino es un recordatorio físico de que no estamos solos.
La importancia de los abrazos en la tercera edad
Los abrazos son una práctica saludable en cualquier etapa de la vida. Mejoran nuestra autoestima, nos hacen sentir especiales y nos reconfortan. Precisamente por este motivo resultan además una herramienta terapéutica de gran valor a la hora de ayudar a las personas mayores.
Este tipo de terapia contempla todos los tipos de abrazo, desde los más breves y formales hasta los más largos y sentidos. Con independencia de sus características, un abrazo siempre representa algo positivo, tanto a nivel emocional como físico.
Muchos expertos recomiendan incluir el abrazo como una práctica habitual y natural cuando se tienen personas mayores a cargo. Abrazar y ser abrazados es una forma de crear un vínculo más estrecho entre dos personas, sellar un pacto de afecto mutuo y beneficiar al cuerpo y a la mente desde múltiples perspectivas.
Beneficios de los abrazos en personas mayores
¿Cuántas veces has sustituido una palabra afectuosa por un abrazo? Quienes se dedican al cuidado de las personas mayores saben que abrazar también es comunicar y transmitir energías.
El abrazo es un gesto que permite abordar problemas tan comunes como la soledad en las personas mayores desde una perspectiva terapéutica mucho más íntima y efectiva. Entre los principales beneficios del abrazo a nivel emocional destacan:
- Sensación de protección. Un abrazo genera confianza y seguridad, especialmente en situaciones de angustia o nerviosismo.
- El confort que proporciona el abrazo tiene efectos más rápidos que el de las palabras. La sensaciones corporales llegan antes al sistema nervioso y se interpretan de forma inmediata.
- Un abrazo dispara la producción de oxitocina, serotonina y endorfinas. Este grupo de hormonas guarda una estrecha relación con la sensación de bienestar y felicidad y contrarresta el efecto negativo de otras hormonas como el cortisol y la adrenalina, relacionadas con las situaciones de estrés.
Los beneficios del abrazo van más allá de lo emocional. También desde el punto de vista físico nuestro organismo se beneficia de este tipo de contacto con nuestros familiares y allegados:
- Favorecen a la oxigenación del organismo. Esto prolonga la vida de las células y retrasa el envejecimiento. Dar besos y abrazos ¡hará que te mantengas más joven!
- Al dar y recibir abrazos se incrementa la producción de glóbulos blancos, imprescindibles para que el sistema inmunitario funcione a pleno rendimiento.
- Ayudan a que disminuya la presión arterial. Los responsables son los corpúsculos de Pacini. Estos receptores sensoriales de la piel envían al cerebro un tipo de información que ayuda a regular los latidos del corazón y la presión sanguínea.
Todos los tipos de abrazos proporcionan algún beneficio para la salud física y emocional de las personas. Pero lo más interesante de todo es que el poder de un abrazo se prolonga en el tiempo. Convertir los abrazos en un hábito es introducir en tu vida una rutina muy saludable.
Tipos de abrazos y su significado
No todos los abrazos comunican lo mismo. Existen distintos tipos de abrazos que, según su duración, intensidad o intención, transmiten emociones diferentes y generan efectos únicos en quien los da y quien los recibe. Comprender su significado ayuda a enriquecer los vínculos, especialmente en el cuidado de personas mayores.
A continuación, te explicamos algunos de los más comunes:
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Abrazo protector: firme, cálido y duradero. Es el que ofrece seguridad y confianza. Muy habitual entre cuidadores y personas mayores, transmite la idea de “estoy aquí contigo, pase lo que pase”.
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Abrazo de consuelo: suele darse en momentos de tristeza, pérdida o angustia. No necesita palabras: su fuerza está en el silencio y en la empatía que transmite.
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Abrazo afectuoso o cariñoso: espontáneo y cotidiano, expresa cercanía, amor o agradecimiento. Es el que más ayuda a mantener el vínculo emocional en relaciones familiares o de convivencia.
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Abrazo de bienvenida o despedida: breve, pero muy simbólico. Sirve para reforzar la conexión emocional en encuentros o separaciones, y en personas mayores puede ayudar a combatir la sensación de abandono.
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Abrazo grupal o familiar: cuando varias personas se abrazan al mismo tiempo. En entornos de cuidado o celebraciones familiares, genera un fuerte sentimiento de pertenencia y unión.
Cada abrazo tiene un significado, pero todos comparten algo en común: son una forma poderosa de cuidar con el cuerpo y con el alma.
Abrazos en el cuidado de mayores: una herramienta terapéutica
En el ámbito del cuidado de personas mayores, los abrazos no son solo gestos de afecto: son intervenciones terapéuticas con beneficios demostrados para la salud física y emocional.
Un estudio citado por Psychology Today revela que las personas mayores de 65 años que recibían abrazos la mayoría de días vivían más tiempo que aquellas que no tenían acceso a contacto físico. De hecho, durante la pandemia, además, expertos advirtieron que el aislamiento social podía aumentar en un 30 % el riesgo de mortalidad, lo que subraya la importancia de mantener vínculos humanos, incluso a través del tacto.
Los beneficios del contacto físico han sido ampliamente documentados. Una revisión sistemática y metaanálisis realizada por la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania), basada en 212 estudios con más de 12.900 participantes, concluyó que las intervenciones táctiles —como los abrazos— ayudan a reducir el dolor, el estrés, la ansiedad y la depresión.
En Cuidum, nuestras cuidadoras comprenden que un abrazo puede marcar la diferencia en el día a día de una persona mayor. Como dice María, una de nuestras profesionales:
“A veces, un abrazo sincero calma más que cualquier palabra. Es una forma de decir ‘estoy aquí contigo’ sin necesidad de hablar.”
Incorporar gestos afectivos en el cuidado diario no solo fortalece el vínculo entre cuidador y persona mayor, sino que también mejora su bienestar físico y emocional.
La importancia de los brazos contra la soledad y el riesgo de aislamiento en las personas mayores
Durante la tercera edad, muchas personas enfrentan una nueva etapa emocional marcada por la pérdida de seres queridos, la disminución de interacciones sociales o la falta de contacto físico habitual. Esta situación puede derivar en sentimientos de soledad o aislamiento, incluso estando rodeadas de otras personas.
En este contexto, los abrazos actúan como una poderosa forma de comunicación no verbal. Abrazar ayuda a establecer vínculos emocionales, aumentar la autoestima y reducir la sensación de desconexión. Este tipo de interacción es especialmente importante en residencias, donde la sobrecarga de trabajo o la escasez de personal pueden dificultar estos gestos cotidianos.
Los cuidados domiciliarios permiten un entorno más cercano e íntimo, donde la cuidadora puede ofrecer abrazos en el momento adecuado, generando una relación de confianza y afecto mutuo. En el día a día, un abrazo puede convertirse en una fuente de consuelo, compañía y bienestar para la persona mayor.
No esperes a que tus seres queridos te digan “necesito un abrazo”. Siempre es un buen momento para demostrar tu afecto con abrazos de amor que queden para siempre en el recuerdo.
2 comentarios
Me resulta sumamente interesante todo
Cuento con 83 años y vivo con energía positiva
Gracias
Buenas tardes Asunción es conmovedor y satisfactorio recibir estos comentarios acerca de nuestro contenido de la importancia de los abrazos.
¡Un abrazo a usted!