A partir de los 60 años los índices de mortalidad por atropellos aumentan. ¿Se trata solo de una cuestión de edad? En cierto modo sí, ya que las condiciones médicas y físicas de las personas de edad avanzada difieren mucho de las de los grupos de población más jóvenes. No obstante, se trata de situaciones en su mayoría evitables en las que la presencia de un cuidador podría haber evitado los atropellos en personas mayores.
¿Dónde se producen la mayoría de los atropellos?
¿Sabías que la mayoría de los atropellos se producen en pasos de peatones, con buenas condiciones de visibilidad y un nivel de tráfico normal? Resulta cuanto menos llamativo que, a pesar de que todas las circunstancias sean favorables para la circulación tanto de vehículos como de peatones, sea este el escenario más habitual en este tipo de accidentes. Esta particularidad nos obliga a preguntarnos por otro tipo de causas ajenas a la propia vía y a las normas de circulación: el factor humano.
Causas de atropellos en personas mayores
Se estima que en España se produce a diario una media de 27 atropellos. Un alto porcentaje de las víctimas en zonas urbanas son personas mayores de 65 años. No en vano, el 44% de los atropellados que terminan sufriendo lesiones graves como consecuencia de estas circunstancias ha cumplido ya los 65 años. ¿Existen factores de riesgo específicos para estos grupos de edad avanzada? Los expertos indican que sí y señalan, entre las causas más frecuentes de atropello en personas mayores, los siguientes aspectos:
- Cruzar por lugares indebidos (sobre todo para acortar distancias)
- Desconocimiento de las normas de tráfico
- Caminar por zonas inapropiadas para evitar los coches estacionados o la subida/bajada constante de las aceras
- Creencia extendida de que ‘los mayores tienen prioridad’ (incluso cuando no se está cruzando por el lugar adecuado)
- No respetar el semáforo en rojo o cruzar cuando ya queda poco tiempo para que cambie de color
- Capacidad de reacción limitada frente a situaciones imprevistas
- Marcha lenta, problemas de coordinación e inseguridad durante el cruce
- Falta de atención, pérdida de concentración o de orientación
- Disminución de la capacidad locomotora, visual y auditiva
- Mayor vulnerabilidad frente a los cambios de temperatura que provocan una modificación en el ritmo de marcha
- Padecimiento de enfermedades crónicas o agudas que pueden interferir en la actividad diaria
- Irresponsabilidad de los conductores (como factor común en todos los grupos de edad)
Lesiones más habituales después de un atropello
Numerosos estudios sobre siniestralidad en carretera coinciden en que, a medida que avanza la edad del peatón, aumentan también las posibilidades de ser víctima de un atropello. Y no solo eso: el riesgo de que ese atropello sea mortal también se incrementa.
Tanto es así que, mientras que en los grupos de edad inferiores a los 59 años la probabilidad de fallecer en un atropello está en torno al 6%, a partir de los 60 ese porcentaje se incrementa hasta el 30%. A tenor de las estadísticas de la DGT, que reflejan que el 66% de las víctimas mortales por atropello son personas mayores, la conclusión es evidente: las lesiones sufridas en este tipo de accidentes no afectan del mismo modo a los jóvenes que a las personas mayores. Las lesiones más comunes son:
- Lesiones de cadera (como consecuencia de ser volteados por el impacto)
- Traumatismo craneoencefálico (principal causa de muerte inmediata)
- Politraumatismos (principal causa de ingreso hospitalario)
- Traumas ortopédicos graves (principal causa de amputación de extremidades)
Pero aparte de las lesiones físicas, también hay que tener en cuenta los traumas emocionales y psicológicos que implican haber sido víctima de atropello. En el caso de las personas mayores, estas consecuencias pueden tener una repercusión importante en el avance de otras patologías previas, la ralentización del período de convalecencia y un notable aumento del temor a salir a la calle. Sin el apoyo familiar y la presencia de un cuidador que anime al afectado a recuperar la seguridad y la autonomía, estas secuelas pueden ser tan graves como las físicas.
Nueva amenaza para los peatones: Los patinetes eléctricos
La irrupción de los denominados VMP (vehículos de movilidad personal) en calles y travesías ha supuesto la aparición de un nuevo riesgo para quienes circulan por las aceras. A pesar de que la normativa indica claramente que estos vehículos solo pueden circular por las aceras a la misma velocidad que los peatones, son frecuentes los incidentes vinculados al uso de patinetes en la ciudad.
Lamentablemente, una vez más son las personas mayores las que salen peor paradas. Empiezan a ser habituales las noticias relacionadas con atropellos por patinete eléctrico, algunas de ellas con víctimas mortales. Un indicativo más de que las normas de seguridad vial para peatones y conductores necesitan una actualización que se adapte a estas nuevas circunstancias.
Acciones para evitar atropellos en personas mayores
¿Qué acciones se pueden plantear para disminuir las cifras de atropellos a personas mayores? El problema se debe abordar desde diferentes perspectivas. Algunas soluciones afectan a la gestión del tráfico y otras son responsabilidad de los propios peatones y de las personas responsables de su seguridad, familiares o cuidadores.
- En las vías públicas: incrementar la iluminación, señalización y buen mantenimiento de los pasos de peatones para que sean fácilmente identificables. Un cambio tan sencillo como elevar la calzada en estos puntos contribuiría a la seguridad de todos los usuarios.
- En la conducción: aprovechar todas las posibilidades tecnológicas existentes para fabricar vehículos más seguros. Los modernos sistemas de detección de obstáculos con frenada automática evitarían un alto porcentaje de los fallecimientos que se producen como consecuencia de atropellos en zonas tanto urbanas como interurbanas.
- En la sociedad: promover las campañas de información y concienciación sobre seguridad vial con acciones especialmente dirigidas a los colectivos más afectados, entre ellos, las personas de edad avanzada. Éstas necesitan actualizar sus conocimientos, entender los riesgos existentes y saber cómo enfrentarse a ellos con seguridad.
Los cuidadores de personas mayores en la prevención de accidentes
El peatón de edad avanzada tiene unas necesidades de desplazamiento muy específicas que resultan mucho más seguras bajo la supervisión de un cuidador de personas mayores. La adopción de unos hábitos de desplazamiento adecuados es un proceso de aprendizaje en el que los cuidadores a domicilio tienen mucho que aportar. Con su apoyo y el trabajo constante sobre el terreno, las personas mayores asimilarán pautas tan importantes para su seguridad como:
- Identificar el momento oportuno para cruzar en un paso con semáforo
- Emplear las zonas de cruce apropiadas
- Respetar las señales de tráfico y las normas de circulación
- Aprender a caminar con dispositivos de apoyo
- Manejarse sobre pavimentos irregulares o deslizantes
- Desplazarse con comodidad por los lugares más frecuentados
- Emplear la ropa adecuada en función del tipo de desplazamiento y de las condiciones climatológicas
A tenor de las estadísticas, estudios y noticias relacionadas con atropellos, queda evidenciado que el tráfico en las ciudades no está adaptado a las personas de edad avanzada. Frente a estas circunstancias tan adversas como rutinarias, la figura del cuidador de personas mayores adquiere un papel fundamental en la prevención de accidentes. Un apoyo necesario y eficiente que no solo supone un aumento en el bienestar y la seguridad de los más vulnerables sino que puede salvar muchas vidas.