María tiene 78 años y, tras una caída, su movilidad se ha reducido. Vive sola en la casa en la que ha pasado toda su vida, rodeada de recuerdos, rutinas y pequeños hábitos que le dan tranquilidad. Sus hijos, que viven en distintas ciudades, la visitan siempre que pueden, pero saben que ya no es suficiente con las llamadas diarias o los pequeños encuentros de fin de semana. Empiezan a valorar distintas opciones de apoyo y descubren que, además de elegir el tipo de ayuda más adecuada, también es importante comprender cómo gestionar el coste del cuidado adecuadamente.
Este es uno de los muchos casos que recibimos cada día: familias que quieren cuidar bien, ofrecer atención profesional y garantizar que sus seres queridos puedan seguir viviendo en casa con dignidad. Sin embargo, muchas de ellas se enfrentan a una misma preocupación: el gasto económico.
¿Es posible asumir el coste del cuidado sin poner en riesgo la economía familiar?
El servicio de atención a domicilio mejora la calidad de vida y permite que las personas mayores sigan en su entorno habitual. Sin embargo, su precio puede generar preocupación si no se conocen las diferentes opciones de financiación disponibles.
En este artículo te explicamos por qué el cuidado en el hogar tiene un coste y cómo estar preparado para poder asumirlo sin complicaciones.
¿Por qué el cuidado a domicilio tiene un coste?
El trabajo de una cuidadora profesional va mucho más allá de acompañar: implica atención constante, responsabilidad y experiencia específica. Cada jornada requiere dedicación, empatía y compromiso con la persona atendida.
El precio del servicio depende de varios factores clave:
- Salario de la cuidadora, ajustado a las horas trabajadas, al tipo de jornada (interna o externa) y al grado de dependencia.
- Cotización a la Seguridad Social, que garantiza una relación laboral legal y los derechos de ambas partes.
- Gestión profesional y seguimiento continuo, que incluye entrevistas, selección de perfiles, sustituciones y acompañamiento.
- Tramitación legal y administrativa, que aporta tranquilidad y evita posibles sanciones o conflictos laborales.
Conocer estos aspectos ayuda a entender que el coste refleja la profesionalización del servicio y la protección tanto para la persona cuidadora como para la familia.
Cinco aspectos a tener en cuenta ante una situación de dependencia
Cuando un familiar empieza a necesitar ayuda, es normal sentirse abrumado. La información es mucha, el tiempo parece poco y las emociones pesan. Por eso, detenerse a reflexionar y planificar antes de actuar es el primer paso hacia un cuidado consciente y de calidad.
1. Evalúa las necesidades reales de atención
Antes de pensar en horarios o presupuestos, es importante comprender qué tipo de apoyo necesita realmente tu ser querido mayor.
En algunos casos, la persona mayor puede desenvolverse bien sola, pero requiere ayuda unas pocas horas, en momentos concretos del día: levantarse, asearse o preparar las comidas, por ejemplo. En otros casos, puede necesitar atención más continua, como en situaciones de dependencia por motivo de deterioro cognitivo o de movilidad reducida.
Contar con una valoración profesional ayuda a ajustar el tipo de cuidado necesario y evitar gastos innecesarios.
2. Conoce los recursos económicos disponibles
Existen distintas alternativas para aligerar el coste del cuidado a domicilio:
- Ayudas públicas y subvenciones, como las prestaciones de la Ley de Dependencia o los programas municipales y autonómicos destinados a apoyar el cuidado en el hogar.
- Formas de financiación adaptadas, como las que ofrece Pensium, que permiten cubrir el coste de los cuidados de forma flexible.
- Beneficios y deducciones fiscales, tanto por contratar personal doméstico como por gastos vinculados a la dependencia.
Informarse bien y tramitar estos recursos a tiempo puede reducir significativamente el impacto económico y aportar mayor tranquilidad a las familias que se preparan para cuidar en casa.
3. Planifica con responsabilidad para evitar riesgos
La dependencia suele llegar de forma repentina: una operación, un diagnóstico, una pérdida de autonomía… En esos momentos, la urgencia y la preocupación pueden llevar a tomar decisiones impulsivas y poco meditadas.
Sin embargo, planificar con calma es clave para evitar errores que encarecen el proceso:
- Contratar sin dar de alta en la Seguridad Social: además del riesgo de sanciones, puede generar graves problemas en caso de accidente.
- Cambiar de cuidadora con frecuencia: la falta de continuidad afecta al estado emocional del mayor y eleva los gastos de gestión.
- No planificar sustituciones o vacaciones: improvisar suele implicar más costes y menor calidad del servicio.
Una planificación anticipada, con contratos claros, cobertura legal y seguimiento profesional permite garantizar estabilidad, confianza y tranquilidad para toda la familia.
4. Fomenta la comunicación familiar
Cuando un ser querido empieza a necesitar apoyo, la comunicación abierta entre los miembros de la familia se vuelve un pilar esencial. Hablar de cómo se siente la persona mayor, repartir tareas y responsabilidades, o acordar decisiones económicas de forma conjunta ayuda a mantener la armonía familiar y evitar tensiones innecesarias.
Además, mantener un diálogo constante permite detectar a tiempo los cambios en las necesidades del mayor y ajustar el tipo de ayuda antes de que la situación se agrave. Cuidar bien también implica escucharse y cuidarse entre quienes cuidan.
5. Busca acompañamiento y apoyo profesional
Cuidar es un acto humano y generoso, pero también requiere de experiencia, organización y orientación. Contar con el apoyo de profesionales especializados permite actuar con seguridad, encontrar soluciones adaptadas y recibir el respaldo necesario en cada etapa del proceso.
Un servicio de cuidado bien gestionado no solo mejora la calidad de vida de la persona mayor, sino que también reduce la carga emocional y el estrés de la familia, ofreciendo equilibrio y confianza a largo plazo.
La importancia de organizarse financieramente cuando se empieza a cuidar:
Más allá de la decisión emocional, cuidar también requiere una cierta previsión económica. La mayoría de familias se enfrenta a la dependencia de un ser querido de forma inesperada, sin haberlo planificado. Por eso, anticiparse es fundamental: pensar en el futuro, informarse sobre los costes del cuidado y crear un pequeño colchón de ahorro permite estar tranquilo ante cualquier situación imprevista.
Algunas recomendaciones útiles:
- Revisar el presupuesto familiar y reservar una parte para futuros cuidados.
- Informarse sobre soluciones de financiación seguras.
- Iniciar la conversación en familia sobre cómo se podrían afrontar estos gastos.
- Ahorrar poco a poco para estar preparado ante cualquier imprevisto.
Organizarse financieramente no significa alarmarse, sino prepararse para cuidar con tranquilidad.
Una solución para el coste del cuidado: la colaboración entre Cuidum y Pensium
Cuando la dependencia entra en casa, transforma por completo la vida familiar. Las rutinas cambian, las responsabilidades se multiplican y, en muchos casos, también aparecen nuevas preocupaciones económicas. Por este motivo, Cuidum y Pensium han unido esfuerzos para ofrecer una solución que combine lo mejor de ambos ámbitos: una atención profesional de calidad y una financiación sostenible.
Mientras Cuidum se encarga del acompañamiento en el hogar, Pensium ofrece los recursos necesarios para hacer posible ese cuidado sin comprometer la economía familiar.
Desde 2016, Pensium ayuda a las familias a financiar el coste del cuidado domiciliario mediante el anticipo de los alquileres futuros de la vivienda, sin necesidad de venderla ni hipotecarla. Así, las familias pueden disponer del dinero necesario desde el primer día, manteniendo siempre la propiedad del inmueble.
¿Cómo funciona Pensium?
Esta alternativa de financiación está diseñada para familias con una persona mayor dependiente que dispone de una vivienda en propiedad y necesita acompañamiento profesional.
Pensium adelanta aportaciones periódicas que permiten pagar la asistencia domiciliaria desde el inicio del servicio.
Cuando la vivienda queda vacía, la empresa se encarga de su adecuación, alquiler y gestión integral para recuperar el importe anticipado.
Todo el proceso se realiza sin perder la propiedad del inmueble y con alquiler asegurado contra impagos.
Principales ventajas de Pensium:
- Financiación inmediata para cubrir los cuidados en casa
- Sin gastos iniciales ni cuotas mensuales: todos los costes del programa (notaría, gestoría, reformas necesarias, etc.) están incluidos y se devuelven con los alquileres.
- Flexibilidad total: la familia puede cancelar el programa en cualquier momento, sin penalizaciones.
- Compatibilidad con ayudas públicas y sin impacto en el cálculo de prestaciones.
- Gestión completa del proceso: Pensium se ocupa de la adecuación de la vivienda, de la búsqueda y validación de inquilinos y de la administración del alquiler.
Además, Cuidum acompaña a las familias interesadas en esta opción, facilitando la información y el contacto con Pensium para estudiar cada caso de manera personalizada. De esta manera, Cuidum y Pensium comparten un mismo propósito: que las personas mayores puedan seguir viviendo bien en casa, cuidadas y con la tranquilidad que su familia necesita.
Garantizar el cuidado en casa sin comprometer la economía familiar
Permanecer en casa, además de aportar comodidad, favorece la estabilidad emocional, la autonomía y la continuidad de las rutinas que dan sentido al día a día. Por eso, contar con apoyo profesional a domicilio es una opción cada vez más valorada por las familias.
Con una buena organización y acceso a los recursos adecuados, es posible mantener ese equilibrio entre calidad de vida y seguridad económica. El objetivo siempre es el mismo: que los mayores puedan seguir viviendo bien, en el lugar donde se sienten realmente en casa.









