La Navidad es una época para vivir unos días muy especiales en compañía de la familia. Por desgracia, hay miles de personas para las que estas fechas son sinónimo de tristeza y añoranza. La soledad de los mayores en Navidad es una epidemia silenciosa que se extiende a todos los rincones del planeta, aunque afortunadamente cada vez existen más alternativas para hacerle frente.
Consecuencias de la soledad en Navidad
En España hay ya casi dos millones de personas mayores de 65 años que viven solas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 75% son mujeres. Muchas de ellas tienen limitaciones de movilidad o condiciones médicas que les obligan a permanecer en casa durante estas fechas tan especiales. Pero el mayor problema no son precisamente las cuestiones de salud.
Una enfermedad mucho más agresiva merma su estabilidad emocional durante estos días. La soledad de los mayores en Navidad es una sombra que planea sobre los hogares de cientos de miles de ancianos socialmente aislados y al margen de las celebraciones familiares que son tan comunes en esta época del año.
¿Consecuencias de esta marginación? Tristeza, soledad, angustia, incomprensión… Pasar solos unas fechas que por tradición siempre han sido muy familiares puede suponer un notable retroceso en la salud física, mental y emocional de los ancianos, especialmente en la de aquellos que presentan otras complicaciones médicas a las que deben enfrentarse en el día a día.
El «síndrome de la silla vacía»
Se estima que al menos un 5% de la población pasa por un momento personal especialmente difícil durante la Navidad como consecuencia de la pérdida reciente de un ser querido. A edades avanzadas ésta es una realidad mucho más habitual que, aunque está presente de manera rutinaria, parece cobrar mayor intensidad en un período eminentemente familiar.
El denominado ‘síndrome de la silla vacía’, ese espacio hueco que dejan los que ya se han ido, se presenta con fuerza en los hogares de los más vulnerables: los ancianos. Son momentos cargados de dolor que dificultan todavía más el sobrellevar la soledad que ya se ha instalado en el hogar.
La soledad de los mayores en Navidad muchas veces no es solo un enfrentamiento al silencio de una casa vacía sino el sufrimiento que supone el duelo constante por aquellos seres queridos que ya no están. Una realidad especialmente destacada en las grandes urbes donde estos casos de soledad extrema se traducen, en ocasiones, en episodios tan trágicos como el hallazgo de personas mayores que llevan varios días fallecidas sin que nadie se hubiera percatado de ello.
El peligro de pasar solos la Navidad
Uno de los aspectos que más nos preocupa a las empresas y organismos que nos dedicamos al cuidado de personas mayores es la manera en la que la soledad puede convertirse en el desencadenante de otros problemas. La ausencia de afecto y atención puede resultar más peligrosa que la falta de un tratamiento médico adecuado. Y es que hay dolencias que solo se curan mediante el contacto directo con otras personas.
La propia Organización Mundial de la Salud alerta de que la soledad es un factor determinante a la hora de aumentar el deterioro físico y psíquico de nuestros mayores. Hablar con ellos, acompañarlos y hacer que se sientan queridos y protegidos tiene que ser una constante los 365 días del año, con especial sensibilidad en días tan señalados como los de la Navidad. La soledad pone en riesgo la autoestima, acelera el deterioro cognitivo, conduce a la reclusión en el hogar, aumenta las posibilidades de padecer problemas cardiovasculares y está estrechamente relacionada con la mortalidad temprana. Pero tú puedes evitarla.
Combatir la soledad en Navidad: Alternativas
Frente a este panorama tan poco alentador, ¿existe alguna solución? Por fortuna sí, y cada vez se están haciendo más populares, sobre todo en estos períodos del calendario en los que ninguna persona debería quedarse sola en casa. Así, en muchos países hay ya programas para evitar la soledad de los mayores en Navidad.
Basta con analizar los datos que manejan organizaciones no gubernamentales como la del Teléfono de la Esperanza para que nos demos cuenta de la importancia de no sentirse solos en estas fechas. Durante la Navidad, las llamadas a esta plataforma de desarrollo y acción social aumentan de manera significativa. Los sentimientos se desbordan y nos volvemos más sensibles y vulnerables ante los recuerdos, algo que puede resultar contraproducente cuando no hay alguien cerca para compartirlos.
A medida que las vacaciones se acercan, la soledad de los mayores en Navidad y su aislamiento se convierten en un grave problema. Para asegurarse de que los ancianos no se queden solos, agencias locales en países como Estados Unidos, están lanzando campañas para asegurar que los adultos reciban la ayuda y la compañía que necesitan.
La Asociación Nacional de Agencias de Área sobre el Envejecimiento en E.E.U.U. comenzó un programa nacional para educar a las familias sobre cómo abordar la soledad con sus familiares y amigos mayores. “Recibimos cerca de 300.000 llamadas de personas de la tercera edad que buscan recursos y servicios de bienestar”, declara Patrice Earnest, director de localización de ancianos de Agencies de Envejecimiento. “Con nuestra campaña (Hogar para los días de fiesta) estamos tratando de conectar a familiares, amigos y cuidadores para que los adultos mayores no se sientan tan aislados”.
Según los estudios realizados, uno de cada cinco adultos en todo el país mayores de 50 años sufre como consecuencia del aislamiento. Los investigadores también encontraron que este tipo de circunstancias están además relacionadas con una mayor tasa de enfermedad cardíaca, depresión, Alzheimer, ansiedad y muerte. Aseguran los expertos que el aislamiento prolongado puede ser tan malo como fumar 15 cigarrillos al día.
Cuando Shelia Peters, una anciana que sufría de un aneurisma cerebral, empezó a experimentar una pérdida de memoria a corto plazo, sus hijas llamaron a una agencia de cuidado de ancianos a domicilio para que pasaran tiempo con su madre mientras ellas iban a trabajar. “Durante la temporada navideña, le ayudan a poner decoraciones de Navidad y le hacen compañía hasta que mi hermana o yo vengamos del trabajo. No queremos que esté sola en ningún momento”.
“La Navidad puede ser un momento difícil para los mayores si sus seres queridos han fallecido o se han mudado o no pueden visitarlos con tanta frecuencia”, afirma el propietario de esta agencia, Stephen Novak. Mientras muchos adultos mayores viven solos, algunos no saben que están en riesgo de aislarse socialmente. “La mayoría de los adultos se ven a sí mismos como independientes y no solos”, insiste la agencia americana.
En este sentido, sería recomendable que las personas mayores y sus familiares hicieran una lista de autoevaluación para ver si necesitan ampliar sus actividades sociales o relacionarse con más personas. Estos días festivos son un momento estupendo para ampliar ese círculo de amistades y evitar así la soledad de los mayores en Navidad. Clubes de lectura, talleres de baile, clases de manualidades navideñas, comidas en grupo con otras personas de su edad o la ayuda de los cuidadores a domicilio son soluciones siempre efectivas para mitigar la angustia y la tristeza que provoca la falta de compañía.
La Navidad, esa época que resulta tan entrañable para muchos, es abrumadora para otros. Gracias a los programas de acompañamiento, las actividades inclusivas y el apoyo constante al desarrollo social de los ancianos, la faceta más triste y solitaria de la Navidad está cambiando poco a poco. Nos queda un gran camino por recorrer, pero al menos tenemos la seguridad de que está repleto de oportunidades para que nos acerquemos a nuestros mayores justo cuando más nos necesitan.
La soledad en tiempos de COVID-19
Además, este año nos hemos visto sumergidos en una situación que ha dejado un gran impacto emocional, especialmente en los más mayores. No es ninguna sorpresa: la soledad es más letal que el coronavirus. El confinamiento y las nuevas restricciones han dejado mella en las personas mayores, que están viendo acentuada su soledad, su miedo, su alarmismo… Debemos ser responsables y cumplir con las nuevas restricciones que se han impuesto para estas fechas navideñas. Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de nuestros familiares. A pesar de la limitación de personas en las reuniones sociales y las medidas de distanciamento social, podemos expresarles nuestro cariño aunque no sea con contacto físico. Nuestros mayores necesitan igualmente esa dosis de positivismo y de esperanza que tanto caracterizan a estas fechas navideñas.
Campaña #NingúnMayorSinRegalos
Un año más nos unimos como patrocinadores de la campaña #NingúnMayorSinRegalos para seguir aportando nuestro granito de arena. Esta iniciativa ha sido promovida por la Asociación Benéfica Geriátrica junto a Cuidum y otros patrocinadores para entregar regalos de navidad a personas mayores de 12 centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid. Debido a la pandemia, el proyecto se ha tenido que adaptar a las circunstancias, pero no ha supuesto ningún impedimento para que aproximadamente 1500 regalos llenen la ilusión y el corazón de estas personas mayores en fechas tan señaladas. Te dejamos más información aquí.
2 comentarios
Hola me ha gustado mucho el artículo, y la verdad que es una pena lo que está haciendo el COVID, con nuestros mayores.
Saludos
¡Muchas gracias por tu comentario, Carlos! Totalmente, esperemos que la COVID-19 deje el menor impacto posible en nuestros mayores. Un saludo.